3 festividades que solo entenderás si vives en España

En un país tan antiguo como España nunca faltan las buenas tradiciones. Aunque a lo largo de los años algunas de ellas han pasado a mejor vida con el cambio de generaciones, otras se mantienen más vivas que nunca e incluso llaman la atención de millones de turistas que viajan solo para poder sentirse parte de la experiencia. Algunas de ellas son extremadamente excéntricas para aquellos que no son de aquí y eso las hace especiales para todos. Si estáis pensando en comenzar a vivir experiencias interesantes luego de dos años de COVID, aquí hay 5 festividades que sin duda no querrás perderte.

Sanfermines

Las fiestas de San Fermín se celebran entre el 6 y el 14 de julio. Son tal vez las más conocidas fuera de España y las más atractivas a juzgar por la cantidad de películas en donde aparecen. Durante esta época, Pamplona se transforma en el epicentro de la jarana nacional y cientos de miles de personas beben alguna copilla de más tomando coraje para anotarse en las corridas de toros durante ocho largas cuadras que terminan en la famosa Plaza de Toros. Una experiencia única en el mundo y también una de las más dolorosas si te ofreces participar estando fuera de forma. Es una festividad obligatoria para todos los amantes de la adrenalina y la diversión, algo para hacer al menos una vez en la vida.

La Tomatina

En agosto, el municipio valenciano de Buñol se tiñe de rojo intenso para celebrar la tomatina. La ciudad se vuelve un campo de batalla durante una guerra de tomates que dura más de una hora. Cada año más de 150.000 personas llevan tomates para participar de la fiesta, siguiendo reglas estrictas para asegurar que todos la pasen de maravilla. Una fiesta que ha sabido captar el interés de generaciones de Españoles y turistas, garantizando un momento único para todos los que forman parte del ejército de soldados colorados.

Las Fallas

Entre el 15 y el 19 de marzo, las calles de Valencia celebran su fiesta más importante. Las fallas son esculturas titánicas que representan a personalidades famosas, momentos sociales y hasta filosos comentarios políticos. Cada una de ellas se construye con una tremenda atención al detalle durante largos meses para finalmente ser exhibida durante el festival. En el último día, todas ellas son quemadas para conmemorar el final de las fiestas en un acto que se denomina la noche de «la cremà» (la quema). Es un momento que nadie se pierde, en el que las llamas consumen a los titanes de cartón y pintura en un acto de purificación que da por terminadas las fiestas y marca el comienzo de las vísperas de las próximas.